miércoles, 2 de abril de 2014

Claudio ¿el tonto?

Tiberio Claudio Druso Germánico nació el 1 de agosto del año 10 a.C., en la Galia Comata, en la ciudad de Lugdunum (actual Lyon), dónde su padre Druso el Mayor-cuestor y pretor hijo de Livia-y su madre Antonia la Menor, sobrina de Augusto, se habían desplazado para la inauguración de una gran altar dedicado a este último. Era por tanto sobrino de Tiberio y hermano de Livila y Germánico, cuya popularidad y destreza militar muy pronto ensombrecieron la figura de Claudio. A través de Suetonio, sabemos que Claudio sufrió una grave enfermedad muy poco tiempo después de nacer que le dejaría secuelas de por vida, si bien es difícil saber de qué se trataba: se baraja por lo general la Enfermedad de Little, una pequeña parálisis de una parte del cuerpo que suele debilitar la parte derecha del cuerpo-de ahí su cojera y tartamudeo característicos-, si bien sin afectar casi nunca a las funciones cognitivas del cerebro. De hecho, destaca la gran afición de Claudio al estudio desde su niñez, quizás fruto del aislamiento social. Sabemos que intentó escribir una Historia de Roma desde la muerte de César, cosa que le fue prohibida por su abuela Livia y su madre Antonia, por lo que optaría por escribir 40 libros dedicados a la figura de Augusto, si bien desde el 27 a.C, momento en que éste asumió el poder. Fue asimismo autor de una Historia de Cartago y otra Historia de Etruria, varios libros de filología latina -introduciría tres nuevas letras en el alfabeto durante su gobierno- y una autobiografía en ocho libros, ninguna de las cuales se han conservado. Tenía solo un año cuando su padre murió a consecuencia de una caída de caballo y quedó a cargo de su madre Antonia, que jamás volvió a casarse y nunca le demostró mucho cariño: es más, se refería a Claudio como un monstruo y le usaba constantemente como ejemplo de estupidez. Finalmente fue Livia quién se encargó de su educación durante algunos años, aunque las relaciones con su abuela no debieron ser mejor que con su madre, ya que esta enviaba constantes cartas a su marido Augusto en que le recriminaba cualquier cosa. Sin embargo, no solo su madre y su abuela le consideraban de esa forma, sino que por lo general su familia le creía incapaz de desempeñar cargo público alguna, llegando su propia hermana Livila a lamentarse por el destino de Roma cuando un adivino predijo que Claudio sería senador. Su toma de la toga viril, que señalaba el paso de la niñez a la edad adulta, se hizo en secreto y Augusto se limitó a hacerle entrega de un cargo sacerdotal menor y nombrarle representante de los equites de Roma. No obstante, años después, por una carta conservada en la obra de Suetonio, sabemos que Augusto se sorprendía de la capacidad de oratoria de un Claudio de diecisiete años, que en esos momentos se dedicaba al estudio de historia, gramática, geometría, medicina y griego de la mano de Atenodoro el Cananita, Tito Livio y Sulpicio Flavio.
Hacia finales del gobierno de Augusto y, por tanto, a una edad muy tardía para la época -más de 20 años-, Claudio celebró su primer matrimonio con Plaucia Urgulanila, hija del cónsul del año 2 a.C. Marco Plaucio Silvano y de Urgulania, una amiga cercana de Livia. Con ella tendría en una fecha indeterminada un hijo, Claudio Drusilo, que moriría en la adolescencia. El divorcio se produciría en el año 24 d.C. tras que Plaucia se viera implicada en el asesinato de su cuñada Apronia y fuera al mismo tiempo acusada de adulterio con Boter, uno de sus libertos -de hecho, una segunda hija, que algunas fuentes denominan Claudia, nacería cinco meses después de su divorcio, siendo repudiada por Claudio-. En el año 14 muere Augusto y le sucede como emperador Tiberio, tío de Claudio. Sería a él a quién solicitará algún cargo político que le permitiera comenzar su cursus honorum, pero Tiberio se negó, otorgándole tan solo un rango consular. Entendiendo que no se le iba a permitir participar de la vida política de Roma, Claudio decide retirarse y dedicarse a la vida académica, datando la gran mayoría de sus obras del gobierno de su tío Tiberio. Curiosamente, aunque su familia no le tenía mucho aprecio, el pueblo romano sí: la clase ecuestre le elegiría constantemente como su representante y el Senado exigiría que su casa, destruida durante un incendio, fuera reconstruida y pagada a través del erario público; así mismo, solicitó también que Claudio fuese admitido en sus sesiones, cosa a lo que se negó Tiberio. Eran los años de máximo poder de Lucio Elio Sejano, prefecto del pretorio, quién gobernó Roma en ausencia del emperador-retirado en Capri-y desencadenó la persecución de la familia de Germánico, muerto en el año 19 d.C, logrando el exilio y muerte de la cuñada de Claudio, Agripina, y su sobrino Nerón y el encarcelamiento de su segundo sobrino Druso. La ambición de emparentar con la familia imperial por parte de Sejano y el deseo de protección posiblemente por parte de Claudio llevaron al matrimonio de éste último con Elia Petina, hermana adoptiva de Sejano, hacia el año 28. La pareja tendría una hija, Claudia Antonia, que sería educada por su abuela. El divorcio se produciría en 31, coincidiendo con la caída en desgracia y ejecución de Sejano.
A la muerte del emperador Tiberio en 37, y debido al fallecimiento anteriormente de otros posibles de otros posibles candidatos al Imperio, le sucede Calígula, un sobrino de Claudio, quién finalmente sería quién le otorgaría cargos políticos, nombrándole senador y su compañero en el consulado del mismo año 37. Sin embargo, al poco tiempo, el nuevo emperador comenzó a burlarse públicamente de Claudio, humillándolo ante testigos u obligándole a pagar enormes sumas de dinero. Según Dión Casio, Claudio enfermó y adelgazó muchísimo en esta época debido al estrés. Sería bajo Calígula cuando Claudio contrae matrimonio por tercera vez con Valeria Mesalina, unos treinta y cinco años más joven que él. La boda, que beneficiaba a la familia de la novia -en la ruina y apartada de la política-, se ha entendido como un intento de Claudio de emparentar con la familia Julia, a la que Mesalina pertenecía a través de su bisabuela Octavia, hermana de Augusto. La pareja tendría dos hijos, Tiberio Claudio César (más conocido como Británico) y Claudia Octavia. Calígula sería asesinado el 24 de enero de 41, víctima de una conspiración a gran escala en la que estaban implicados varios senadores y miembros de la guardia pretoriana. No existen evidencias de que Claudio tuviera algo que ver en este asesinato, aunque recientemente se ha argumentado que conocía las intenciones de los conspiradores, ya que abandonó la escena del crimen poco antes de los hechos. Ahora bien, las fuentes sostienen que, más allá de intentar aprovecharse del lógico vacío de poder, Claudio huyó de palacio para esconderse temiendo por su vida mientras el Senado debatía sobre la conveniencia de restaurar la República y abolir el sistema creado por Augusto. Sin embargo, los soldados pretorianos que encontraron a Claudio escondido tras una cortina lejos de querer acabar con su vida, le proclamaron emperador. Fue de inmediato conducido al campamento de los pretorianos a las afueras de Roma, dónde fue de nuevo aclamado, esta vez de forma unánime, convirtiéndose así en el primer emperador elegido por los pretorianos y no por el Senado, a los que recompensó con un donativo de 15.000 sestercios.

*Fotografía 1: Retrato de Antonia la Menor, madre de Claudio, en el Sackler Museum
*Fotografía 2: Busto de Tiberio, tío de Claudio, en el Museo del Louvre
*Fotografía 3: Retrato de Calígula, sobrino de Claudio, en el Museo de Houston

1 comentario:

  1. Muy bueno Laura. Seguire leyendo. No pude antes he tenido muy poco tiempo. Sin embargo encuentro agradable la lectura de tus biografías.

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